jueves, 10 de septiembre de 2009

Corriendo al amanecer

He vuelto a correr al amanecer.

He vuelto a escuchar mis pasos por las calles vacías del pueblo. La luz amarilla de las farolas en la calle de la iglesia, los altos abetos de las casas de piedra del barrio de la estación. Y al fondo, dejando llevar la mirada por la línea de la calle de la Fuente, el monte Abantos en penumbra por encima de los árboles de la última colonia de chalets.

El silencio y la sombra de esta hora primera han sido violentados por el estruendo y los estridentes destellos ambarinos de un camión de la basura.

Lamentable; y sin embargo tan esencial.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho,parece que este ahí, paseando, viendo los colores y oliendo, el aroma de los abetos y el olor de la basura... lamentable como dices pero esencial.

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  2. Gracias por tu visita Izi-ta.
    Me gusta que hayas sentido el olor de los abetos al amanecer; bueno y tambien el de la basura :-)

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