Hace frío ahí afuera.
Llueve sin parar desde hace varias horas y las nubes están tan bajas que sólo se veían, antes de anochecer, las primeras hileras de pinos del bosque.
Suena tristemente un violín en la radio, acogido en la meláncolica profundidad del sonido del cello.
Voy a cenar.
martes, 20 de octubre de 2009
sábado, 17 de octubre de 2009
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