martes, 20 de octubre de 2009

Hace frío ahí afuera.

Llueve sin parar desde hace varias horas y las nubes están tan bajas que sólo se veían, antes de anochecer, las primeras hileras de pinos del bosque.

Suena tristemente un violín en la radio, acogido en la meláncolica profundidad del sonido del cello.

Voy a cenar.

sábado, 17 de octubre de 2009

El frío de Octubre ha comenzado a fijarse a las paredes de las casas de la sierra.
Se adivina el olor de la nieve en el aroma de pinos; ¿o serán mis deseos?

Hoy vendrán los amigos y el vino de Toro y un cocido maragato obrarán de nuevo el sortilegio del amor.

Expectativas.