El lejano fragor del incendio de la estrella
propicia esta noche plana.
Es la hora del insomne, hermetico calor y echado sobre la cama
comparecen pensamientos inconexos, neutros.
Casi sin sensaciones presiento el final y el principio.
Cuando el estertor agonico de la estrella.
martes, 6 de julio de 2010
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