martes, 6 de julio de 2010

El lejano fragor del incendio de la estrella
propicia esta noche plana.

Es la hora del insomne, hermetico calor y echado sobre la cama
comparecen pensamientos inconexos, neutros.

Casi sin sensaciones presiento el final y el principio.

Cuando el estertor agonico de la estrella.

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