miércoles, 23 de junio de 2010

Un grito agudo y alado.
Un latigazo negro frente a mis ojos a modo de saludo. ¿O sera una amenaza?

Cada mañana los vencejos descienden de sus aereos dormideros y vienen a mi. Salgo a la terraza y alli estan, surcando el cielo a velocidades inverosimiles. Afanandose, ¿en que? ¿Cazan? ¿Juegan?

Alzo mi mano.
Inmediatamente me ven (¿me recuerdan?) y vienen en medio de un griterio que quiero pensar es de saludo. Y hacen vuelos meteoricos frente a mi cara. Y aun a esa velocidad distingo los tenues grises en medio del negro que les cubre.

Y sonrio.

1 comentario:

  1. Ellos saben que estás ahí, y claro que te saludan.
    Saben que eres el salvador de vencejos e intentan darte las gracias por los enfuerzos.

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