Iba a decir que en mi balcón hay cuatro rosas blancas que bajo el temporal de Noviembre se mantienen, humildemente, desafiantes.
Y entonces han caído en mi mano estos dos cristales de hielo.
Y he pensado que, quizá, las cuatro pequeñas rosas no estaban desafiantes, sino expectantes ante la llegada de la belleza del invierno.
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