Lienzos azules, azules, azules.
Arropan, enredan, ocultan, estos dias de otoño.
Lienzos desdeñados, desoidos, inutilmente temidos.
Flotando tremulos entre el cielo y el mar, llevando la ausencia de noticias tan lejos, tan cerca.
Y el silencio desasosegado del mundo. Y el estancamiento de las respiraciones.
Y la conclusion.
Lienzos azules.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
sábado, 7 de noviembre de 2009


Y entonces han caído en mi mano estos dos cristales de hielo.
Y he pensado que, quizá, las cuatro pequeñas rosas no estaban desafiantes, sino expectantes ante la llegada de la belleza del invierno.
viernes, 6 de noviembre de 2009
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